Un Reino que no será conmovido
A lo largo de la historia, muchos han hablado del “Reino de Dios” como un concepto teológico, una esperanza futura o una metáfora espiritual. Sin embargo, cuando volvemos a la enseñanza bíblica en su contexto original, descubrimos que el Reino no es una idea abstracta, sino una realidad dinámica y presente que está avanzando en medio de los sistemas de este mundo.
Esta realidad fue el mensaje central de Yeshúa. Él no vino a proponer una nueva religión, ni a reforzar los sistemas religiosos existentes, sino a proclamar el regreso del gobierno de Dios sobre la humanidad. Y este Reino no está esperando un momento futuro para manifestarse. Está ocurriendo ahora.
“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.” (Mateo 11:12)
El Reino avanza. Se impone. Pero solo aquellos con una mente renovada pueden discernirlo y participar de él.
¿Qué es el Reino desde la perspectiva hebrea?
En hebreo, la palabra para Reino es מַלְכוּת (maljut), y no hace referencia a una estructura religiosa, sino a dominio, autoridad y gobierno real. En el mundo antiguo, donde la Biblia fue escrita, el Reino representaba tres dimensiones inseparables:
- Un Rey con derecho legítimo sobre su pueblo.
- Una Ley que regulaba la vida de sus ciudadanos.
- Un Territorio (físico o espiritual) donde ese gobierno era visible.
Bajo esta perspectiva, entender el Reino de Dios implica más que aceptar a Jesús en el corazón. Significa rendir la vida al gobierno de Dios, vivir bajo Su instrucción (Torá) y representar Su justicia en el mundo. Esta visión no es compatible con un cristianismo pasivo, moralista o centrado en lo individual.
Volver al diseño original: La enseñanza bíblica en su contexto original
Uno de los mayores desafíos de este tiempo es que muchas doctrinas fundamentales han sido interpretadas fuera del contexto original. La influencia de la filosofía griega, la teología romana y la cultura occidental ha desfigurado el mensaje original del Evangelio.
Yeshúa no hablaba griego. No enseñaba desde una mentalidad dualista. Su mensaje era hebreo, impregnado de las Escrituras, las costumbres del pueblo de Israel, y el pensamiento concreto y vivencial de su cultura.
¿Qué implica esto?
- Que términos como “salvación”, “fe”, “justicia”, “gracia”, “ley” y “pecado” no significan lo que muchos creen hoy.
- Que el Evangelio predicado por los apóstoles no es un sistema religioso, sino una invitación a vivir como ciudadanos de un Reino que está irrumpiendo.
- Que la restauración del mensaje original es parte esencial del avance del Reino en este tiempo.
Señales actuales de la manifestación del Reino
1. Restauración del idioma hebreo y su pensamiento
Nunca en la historia hubo tanto acceso a recursos para estudiar el hebreo bíblico. Miles de creyentes están aprendiendo a leer las Escrituras en su idioma original, descubriendo significados que se pierden en la traducción. No se trata de un lujo académico, sino de una necesidad espiritual.
Palabras como emuná (fe), chesed (misericordia), teshuvá (arrepentimiento) y shema (escucha obediente) cobran un nuevo sentido cuando se comprenden desde su raíz hebrea, muchas veces en forma pictográfica, revelando no solo significado, sino propósito.
2. Abandono de las estructuras religiosas estériles
El sistema religioso occidental ha mostrado su agotamiento. Liturgias vacías, moralismos sin transformación, instituciones sin vida. Cada vez más personas salen de estructuras muertas buscando una fe viva y coherente. No para rebelarse, sino para volver al diseño original.
Este diseño no es anarquía espiritual. Es el orden del Reino: un pueblo bajo la autoridad del Rey, caminando conforme a su Torá (instrucción), llenos del Espíritu, manifestando justicia.
3. Alineación profética de los tiempos
Estamos viviendo tiempos proféticos. El aumento de la maldad, el colapso moral de las naciones, la digitalización de la vida, el control sobre el pensamiento, la persecución sutil a los valores del Reino, todo apunta a una aceleración del cumplimiento de las profecías bíblicas.
Pero también, el Reino se está revelando con poder. Comunidades despertando. Jóvenes dejando el entretenimiento vacío para buscar la Palabra. Padres asumiendo su rol como sacerdotes del hogar. Mujeres levantándose en sabiduría. Se levantan los reyes y sacerdotes del Reino, tal como enseña el libro Reyes y Sacerdotes: Viviendo el diseño original.
Vivir como ciudadanos del Reino
El Reino no se limita a lo espiritual. Es un gobierno que transforma todas las áreas: familia, trabajo, educación, cultura, economía. Por eso, no podemos vivir como ciudadanos del mundo esperando ir al cielo. Tenemos que manifestar el Reino aquí y ahora.
¿Cómo se hace?
1. Arrepentimiento real (Teshuvá)
No es remordimiento. Es un cambio de dirección, de mentalidad, de propósito. Es salir de Babilonia para volver a Jerusalén, de las doctrinas humanistas a la instrucción divina.
2. Estudio profundo de la Palabra en su contexto original
Ya no es suficiente con leer devocionales o escuchar sermones motivacionales. Es tiempo de volver a la raíz, a escarbar el texto, entender la cultura, el idioma, la historia, y permitir que la Escritura interprete la Escritura.
3. Obediencia práctica
El Reino no avanza con ideas, sino con obediencia. La fe hebrea es concreta. “Fe sin obras está muerta”. Cada acto de obediencia es una manifestación del Reino.
4. Comunidad con propósito
No fuimos llamados a caminar solos. El Reino es una nación. Por eso, necesitamos conectar con otros que buscan lo mismo, que aman la verdad, que están dispuestos a dejarlo todo por el Rey.
El papel de los embajadores del Reino
En 2 Corintios 5:20, Pablo nos llama “embajadores de Cristo”. En el contexto hebreo, un embajador no era un diplomático pasivo, sino un representante activo del Reino que llevaba el gobierno, la ley y la justicia del Rey donde fuera enviado.
Hoy, ese llamado está vigente. No para hacer proselitismo, sino para vivir como representación viva del Reino. En tu hogar, trabajo, redes sociales, comunidad. Donde estés, eres una extensión del trono del Cielo.
Conclusión: El Reino ya está entre nosotros
El Reino no vendrá con advertencias visibles. No será televisado. No estará en los titulares. Pero está aquí. Dentro de ti. En medio de nosotros. Y está creciendo.
Cada vez que alguien vuelve a la enseñanza bíblica en su contexto original, el Reino avanza. Cada vez que se restaura una familia bajo el diseño del Creador, el Reino se fortalece. Cada vez que alguien renuncia a su comodidad para vivir en santidad, el Reino se extiende.
No esperes otro mover. Este es el mover. Este es el momento. El Reino de Dios está en movimiento.
¿Estás en él? ¿O solo lo estás observando?
Aprende mas sobre el reino de Dios y su cultura en nuestro articulo La cultura del Reino en el aprenderás que: El mensaje del Evangelio no es solo una invitación a creer en Yeshúa, sino a vivir bajo una nueva cultura: la cultura del Reino de Dios.
si tienes interés en conocer a mayor profundidad el idioma hebreo desde sus raíces mas profundas puedes visitar el sitio de Jeff. A. Benner, donde podrás aprender aprenda a leer la Biblia a través de los ojos y las mentes de quienes la vivieron y escribieron sobre ella desde su perspectiva hebrea antigua.
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