Reyes y Sacerdotes

Introducción:

El libro Reyes y Sacerdotes, plantea una idea central: el propósito original de Dios para la humanidad es que seamos reyes y sacerdotes en Su Reino. Sin embargo, la religión y la mentalidad del mundo han distorsionado esta identidad, haciéndonos vivir como mendigos espirituales en lugar de hijos con autoridad.

Mash Jáyt invita al lector a despertar y asumir su posición en el Reino de Dios, no solo como creyente pasivo, sino como un agente de transformación. A través de un análisis profundo de la Escritura, el autor desmonta conceptos erróneos y guía hacia una restauración de la identidad espiritual basada en la relación con Dios y el ejercicio del gobierno divino en la tierra.

Capítulo 1: El Trono Olvidado en Tu Interior

El autor comienza explorando el diseño original de la humanidad en el Edén, donde Adán y Eva fueron creados para gobernar con Dios. La caída distorsionó esta posición y la humanidad perdió su autoridad, adoptando una mentalidad de esclavitud en lugar de realeza.

La restauración de este trono interno llega a través de Cristo, quien nos reconcilia con Dios y nos devuelve nuestra verdadera identidad. 1 Pedro 2:9 describe a los creyentes como “linaje escogido, real sacerdocio”, lo que indica que estamos llamados a reinar y servir a Dios en cada aspecto de nuestra vida.

El autor enfatiza que muchos creyentes viven con una mentalidad de mendigos, suplicando por bendiciones en lugar de caminar en la autoridad que ya poseen en Cristo. La clave para recuperar esta identidad es renovar la mente, aceptar la identidad de hijo de Dios y actuar en la autoridad que nos ha sido dada.

Capítulo 2: Melquisedec en la Jungla de Concreto

Aquí se introduce el concepto del sacerdocio de Melquisedec, un sacerdocio eterno y desvinculado de sistemas religiosos humanos. Melquisedec es presentado en la Biblia como un sacerdote-rey sin genealogía, lo que simboliza que su sacerdocio es directo de Dios y no de un linaje humano.

Jesús es el máximo exponente de este sacerdocio según Hebreos 7, y en Él los creyentes son llamados a ejercer un sacerdocio fuera de las estructuras tradicionales. Esto implica que el sacerdocio no está limitado a templos o rituales, sino que se extiende a la vida cotidiana: en el trabajo, en la familia, en la sociedad.

El autor enfatiza que ser sacerdote en este contexto significa actuar como mediador entre Dios y el mundo, intercediendo con acciones más que con palabras. La justicia y la paz son las marcas de este sacerdocio, y cada creyente tiene la responsabilidad de transformar su entorno mediante la manifestación del Reino de Dios en su vida diaria.

Capítulo 3: El Reino No Necesita Permiso

Este capítulo desafía la noción de que el Reino de Dios es un sistema que debe esperar aprobación de los gobiernos, religiones o estructuras humanas. El Reino de Dios es una realidad presente que invade todas las esferas de la vida cuando los creyentes asumen su rol como embajadores del Reino.

Mash Jáyt explica que muchos cristianos viven con la idea de que el Reino de Dios es solo un futuro celestial, cuando en realidad es un gobierno que debe ser establecido aquí y ahora. Lucas 17:21 dice que “el Reino de Dios está dentro de vosotros”, lo que implica que su manifestación depende de que los hijos de Dios caminen en su identidad y autoridad.

La clave para manifestar el Reino es dejar de buscar validación externa y comenzar a vivir conforme a los principios del Reino: justicia, verdad, amor y poder. Jesús modeló este Reino en la tierra al sanar, liberar y restaurar vidas sin pedir permiso a los sistemas religiosos o políticos.

Capítulo 4: El Futuro que Ya Comenzó

El autor concluye con un llamado a la acción: el futuro del Reino no es un evento lejano, sino una realidad que ya comenzó. Los creyentes están llamados a participar activamente en la expansión del Reino, rompiendo con estructuras religiosas que los limitan y comenzando a vivir en la plenitud de su llamado.

Mash Jáyt enfatiza que la transformación del mundo no vendrá por sistemas humanos, sino por el despertar de los hijos de Dios que toman su lugar como reyes y sacerdotes. Esto significa dejar de lado el miedo, la complacencia y la pasividad, para asumir el rol de embajadores de un Reino que está destinado a transformar la tierra.

Conclusión: Un Desafío Final

El libro termina con un desafío directo al lector: ¿Estás listo para asumir tu identidad como rey y sacerdote? La respuesta a esta pregunta determinará no solo tu vida personal, sino también tu impacto en el mundo.

Mash Jáyt insiste en que este no es un llamado para el futuro, sino para el presente. Cada creyente tiene la responsabilidad de vivir desde su identidad real, caminando en autoridad y ejerciendo el sacerdocio de Melquisedec en cada área de su vida.

El Reino de Dios ya está aquí, y solo aquellos que despierten a su identidad en Cristo podrán vivir en su plenitud.